Jorge»Negro» Farías, el Ruiseñor de los Cerros Porteños
Si tuviésemos que buscar personajes porteños anclados en la cultura popular del barrio puerto, podríamos hacer una lista de quizás veinte, quince, seis o cuatro personajes que dejaron su marca en la cultura popular. Cualquiera que sea el número, Jorge Farías estará entre ellos. Músico porteño nacido el 6 de agosto de 1944 que inicia su oficio de cantante en los mismos barrios que lo despidieron en abril del 2007 con un majestuoso funeral.
Jorge Farías es el primero en popularizar el vals “La joya del Pacífico”, obra registrada en 1941 por Víctor Acosta y que constituía parte del repertorio de Jorge, popularizándola antes de llevarla al disco, lo que se concretó en el año 1966, imponiéndose como emblema del canto popular. Marisol García recoge el testimonio de Farías en una entrevista que el artista sostuvo con Eugenio Ramírez, refiriéndose esta canción con las siguientes palabras:
“Me interesé por cantarla, pero le hice una modificación. Es que el tema tenía un aire muy lento. Yo le adelanté el ritmo a vals peruano como se le conoce ahora. Se podría decir que lo grabé por una satisfacción personal. En ese tiempo yo pololeaba con una muchacha del Cerro Cordillera y por eso le cambié una parte al final: “… cordillera de mi ensueño, Valparaíso de mi amor”. Empezó a sonar en las radios de Valparaíso y Santiago, gustó de inmediato. Fue mi contribución, porque, al menos aquí en Valparaíso, todo el mundo sabe que yo la grabé primero que Lucho Barrios”.
(García, Marisol. 2017. Llora corazón. El latido de la canción cebolla. Catalonia. Santiago de Chile. P 73-74)
Jorge Farías, también tiene una aparición en la película de Aldo Francia “Valparaíso mi amor” del año 1969. En ella se puede ver al cantante en una escena interpretando “La joya del Pacífico” cuando tenía 25 años, con sus característicos lentes oscuros que a la larga se transformarían en su sello. El film propone una mirada de Valparaíso desde un mundo marginal, con una historia extraída de la crónica roja y bajo la musicalización de Gustavo Becerra. Es ahí donde aparece Jorge imponiendo su canto a ratos gritado, que deja ver el gesto aprendido y forjado en sus inicios como cantante en carpas de circo, donde había que imponer la voz sin amplificación alguna. En este film, es la primera vez que Jorge Farías es inmortalizado como personaje, la segunda vez, sería después de su muerte con la inauguración de su estatua.
Así como fue él el primero en grabar y popularizar “La joya del Pacífico”, también fue el primer artista en tener su propia imagen a tamaño real post mortem. Esa estatua es un gesto, por parte de los suyos, de mantenerlo presente, ahí, petrificado, como un vigía sentado en la plaza que solía habitar. Inaugurada un año después de su muerte, dicha estatua es un reflejo de lo que es hoy Valparaíso, una ciudad imaginada en muchos aspectos, deteriorada, inventada. Pero al mismo tiempo, si pensamos esa misma ciudad, habitada por personajes como Jorge Farías que parece salido de un cuento de Manuel Rojas, es inevitable que nazcan mitos sobre Valparaíso, mitos salpicados de realidad palpable y tangible. Eso es Jorge Farías, la realidad palpable del mito bohemio porteño.
Al momento de su muerte, la prensa lo describió como “el mito del bohemio, la voz de La joya del Pacífico”, destacando lo masivo de asistentes en su funeral, gente cercana, del barrio puerto, sus pares con los que se vinculó toda su vida y quienes, en plena calle, alzaron vasos plásticos en memoria de uno de los suyos. El brindis fue una constante en la vida de Jorge Farías, hasta que el alcoholismo fue lo que precipitó su muerte después de estar internado en el Hospital Van Buren y Eduardo Pereira. (FUENTE: Memoria Musical de Valparaíso)
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